martes, 28 de octubre de 2008

La biblioteca

La ciudad de Los Ángeles, bonita, ¿verdad? Pues más bonito era el parque de la Biblioteca.
Un día estábamos unos cuantos amigos en ese parque cuando, de repente, oímos cómo emopezaba a tronar y nublarse el cielo. Minutos después empezó a llover y a granizar al mismo tiempo y tuvimos que cruzar corriendo la calle hasta llegar a la Biblioteca.
Cuando nos refugiamos en el portón, llamamos al timbre. Poco después una señora de aproximadamente ochenta años nos abrió y nos dejó pasar. Era una mujer extraña, pero muy amable; nos sacó galletas, chocolate caliente y ropa seca; pero, ¿de dónde lo había sacado?, ¡era una biblioteca!
Después de estar media hora sentados en los sofás del recibidor, decidimos ir a ver los libros que había y tras dar unas vueltas encontramos una puerta que tenía un cartel en el que ponía: "¡NO PASAR, MORIRÁS SEGURO!"
Leímos el cartel, pero cogimos la llave que estaba colgada a su lado. Muertos de miedo la introdujimos en la cerradura. Se abrió. Y de repente un viento muy fuerte se tragó a mis amigos.

Gisela Peralta

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