EL BARRIO CHINO
Queríamos ir al barrio chino
para visitar al adivino.
Entre el barrio chino y el instituto
quedaba una valla, y un enorme muro,
que de nombre recibía
«La muralla china».
Pero teníamos un grave problema,
las horas restantes eran el dilema;
pero decidimos irnos igualmente.
Nos levantamos y nos fuimos,
llegamos hasta el patio sigilosamente.
Y de repente ¡pum!, apareció un profesor
al que todos llamamos Tirano el dictador
y dijo: "Está prohibido saltar la valla".
Así que, para variar, trepamos la muralla.
Al otro lado era otro mundo,
vivos colores, dragones bailando.
Cuando nos dirigíamos a buscar al predicador
nos bloqueo el paso la banda
y yo me tropecé con la batuta del director...
...que abrió la boca y chilló con voz de soprano
y se giró y vimos que, ivaya!..., ¡era el tirano!
"Está prohibido...” empezó de un gritón.
Asustados, nos escapamos por un callejón.
Llegamos hasta la casa del sabio,
el viejo llevaba el nombre de Octavio.
Nos abrió la puerta y dijo: "Pasad".
Nos había estad esperando.
Nos dirigimos todos a la sala de estar,
sacó su bola cristalina y se puso a mirar.
Dijo: "Veo, veo... ".
Preguntamos: "¿Qué ves?"
Contestó: "Un profesor con cara de estrés".
Y de repente, ¡pum!, explotó el adivinador
Y en su lugar estaba... ¡Tirano, el dictador!
Abrió la boca y dio un bramido:
“Os he dicho que esta prohibido... ".
Pero entonces le interrumpió al profesor
el estruendoso pitido que causaba mi despertador.
para visitar al adivino.
Entre el barrio chino y el instituto
quedaba una valla, y un enorme muro,
que de nombre recibía
«La muralla china».
Pero teníamos un grave problema,
las horas restantes eran el dilema;
pero decidimos irnos igualmente.
Nos levantamos y nos fuimos,
llegamos hasta el patio sigilosamente.
Y de repente ¡pum!, apareció un profesor
al que todos llamamos Tirano el dictador
y dijo: "Está prohibido saltar la valla".
Así que, para variar, trepamos la muralla.
Al otro lado era otro mundo,
vivos colores, dragones bailando.
Cuando nos dirigíamos a buscar al predicador
nos bloqueo el paso la banda
y yo me tropecé con la batuta del director...
...que abrió la boca y chilló con voz de soprano
y se giró y vimos que, ivaya!..., ¡era el tirano!
"Está prohibido...” empezó de un gritón.
Asustados, nos escapamos por un callejón.
Llegamos hasta la casa del sabio,
el viejo llevaba el nombre de Octavio.
Nos abrió la puerta y dijo: "Pasad".
Nos había estad esperando.
Nos dirigimos todos a la sala de estar,
sacó su bola cristalina y se puso a mirar.
Dijo: "Veo, veo... ".
Preguntamos: "¿Qué ves?"
Contestó: "Un profesor con cara de estrés".
Y de repente, ¡pum!, explotó el adivinador
Y en su lugar estaba... ¡Tirano, el dictador!
Abrió la boca y dio un bramido:
“Os he dicho que esta prohibido... ".
Pero entonces le interrumpió al profesor
el estruendoso pitido que causaba mi despertador.
Jessica Frain, 3º B
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