toda realidad
que escuchaba.
Quise bailar
con toda humildad
sin ser bailada.
Quise cerrar
toda soledad
que me acechaba.
Pero no pude imaginar
quién de verdad
a mí me amaba.
Quise soñar
con toda infinidad
a quien yo gustaba.
Quise sonreír
toda felicidad
que él me daba.
No quise prohibir
toda inseguridad
que me mostraba.
Pero no podía permitir
la igualdad
de amor, que yo le daba.
Miriam Álvarez
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