jueves, 28 de febrero de 2013

"La cuenta atrás", por Lorena Ciutad



Cinco, azul; cuatro, rojo; tres, verde; dos, blanco; uno, negro:
números, gran misterio árabe que ahora será resuelto.

Cinco, pequeño geniecillo volador,
ángel de la inocencia infantil,
que vuela con libertad por el cielo
mientras lleva consigo pequeñas ilusiones.

Cuatro, sangre que brota de los ojos,
atrapado por su locura infernal,
de la que ya nunca saldrá
pues es su celda de oscuros pensamientos.

Tres, praderas por las que el viento vaga sin pausa,
mientras el sonido de la flauta fluye vibrante.

Dos, frialdad de pensamiento,
corazón helado que ya ha cesado de latir
pues en una ventisca eterna se perdió,
sufriendo cortes gélidos que nunca cerrarán.

Uno, oscuro crepúsculo,
noche sin luna,
¡un mundo que cae en el profundo abismo,
del que ya nunca saldrá!

Lorena Ciutad (2º ESO, B)                  

"Colores", por Daniel Benabarre



1, rojo; 2, verde; 3, azul; 4, amarillo; 5, negro:
son los cinco primeros números.
1: sangre, espadas, guerras, ¡fuego!
2: prados, montañas, árboles, tranquilidad.
3: mar, ríos, ruido, cielo.
4: campo, trigo, tractor, sol.
5: espacio, mal, demonios.

Todo parece tan simple...
pero lo parece, no lo es.


Daniel Benabarre (2º ESO, B)

miércoles, 27 de febrero de 2013

"La guerra de los colores", por Néstor Villarroya



0, blanco; 1, azul; 2, amarillo; 3, verde; 4, negro:
siempre os tenemos cerca y os usamos con desparpajo,
nunca pensamos al hablar y, si lo hacemos, perdemos el tiempo.
Una guerra del pensamiento con el dolor cercano…

0, blanco, la nada, el cero por ciento, el espacio vacío
de los corazones rotos, ni calor ni frío, ni arriba ni abajo,
ni mucho ni poco, una guerra…el miedo enmascarado por el valor…

El 1, solo azules, un mar cristalino, ausencia
de ruido y de vida, solo un componente en el paraíso acuático,
que es una guerra de terror; si los niños duermen en la cama,
es porque hay hombres que lo valen lejos de los suyos.

2, dimensiones necesarias para tener un papel, plano
sobre el cual el poeta desahoga su cólera, fuegos perpetuos,
amarillos intensos, ondeantes en cuerpos humanos
en movimiento en una continua tragedia de ruidos
y una orquesta de llantos en un solo verso.

3, el verde del azul más el amarillo, los tres cerditos,
las tras mellizas, tres tristes tigres, dimensiones irreales
en el cerebro del pensador de dos manos derechas y un solo ojo,
que llora sangre negra por el dolor de su esposa que no tiene hijos:
se los quitaron y mataron por cosas que no hicieron.

4, el negro, todo a la vez, la batalla de colores que llega
a su clímax, el poeta manco, el francotirador ciego
y los amantes sin corazón, ¡qué vida la mía!, y yo sin saberlo;
nunca otro supo entenderlo mejor, pero yo mismo escupo
en estos versos escritos en este vertedero de basura.

Desde siempre lo supe y es muy cierto: no hay peor maldad
que la de los colores. El poeta perfeccionista que usa
papel negro y sin tinta escribe, un mar de fuego en una guerra
inacabada, sin más armas que las diferencias y el odio de la desigualdad,
sin compasión al escribir y sin cantar se quedará al final de los corazones,
de los llantos en un mar eterno, pero sin tiempo para decir...

Néstor Villarroya (2º de ESO, B)